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Proyecto Mina de Cobre Panamá
Polémico estudio ambiental
Se busca explorar y explotar cobre en el área de Donoso, provincia de Colón, afectando cerca de 5 mil 900 hectáreas de terreno.
Aleida Samaniego C.ansamaniego@prensa.com1475914
El tema minero vuelve a ser punto de discusión entre los ambientalistas, luego que la empresa Minera Panamá S.A. presentara a la Autoridad Nacional del Ambiente (Anam) para su evaluación, el estudio de impacto ambiental (EIA) categoría III, para la construcción de una mina de cobre a cielo abierto en el distrito de Donoso, provincia de Colón, de 2011 a 2015.
Se trata de uno de los proyectos más millonarios en el país, ya que se invertirán cerca de 4 mil 320 millones de dólares, cifra que solo se compara con la inversión que se realiza en la ampliación del Canal de Panamá.
La minera tiene dentro de su proyecto explotar tres tajos abiertos – cortes profundos– en las áreas Botija, Colina y Valle Grande. Los tajos tendrán 400 metros de profundidad y un kilómetro de ancho. La profundidad puede ser comparada con los 415 metros de altura que tenían las torres gemelas de Nueva York, Estados Unidos, derribadas en 2001.
De igual modo se va a instalar una planta concentradora, un puerto y una planta de generación de energía eléctrica, según el EIA.
Suspicacia
La preocupación mayor de los organismos ambientales no se centra solo en los tres tajos y la deforestación de los bosques, sino también en la contratación directa de la empresa Austral Risk Consulting S.A., que a su vez ha organizado un equipo técnico con la empresa chilena SustentaRSE, dirigida por el abogado Juan Carlos Urquidi, experto en temas ambientales.
El monto de la evaluación y análisis del EIA del proyecto de cobre promovido por Minera Panamá S.A. es de 802 mil 500 dólares y será pagado por la propia empresa promotora.
Al respecto de esta contratación, la Anam señaló que el artículo 45 del Decreto Ejecutivo 123 del 14 de agosto de 2009 plantea que la entidad, dentro de los plazos establecidos, tiene la facultad de contratar, a costo del promotor, profesionales especializados para evaluar los estudios de impacto ambiental.
Así, la Anam justifica que la propia empresa interesada pague el estudio debido a su complejidad. Por eso, los estudios de impacto ambiental deben ser evaluados por especialistas distintos a los que tiene la institución o los agentes ambientales sectoriales. Asegura que este es un mecanismo normal en el desarrollo de este tipo de proyectos de gran magnitud y que no debe condicionar la decisión final de la Anam, puesto que los resultados serán públicos y son resultados técnicos incuestionables.
Para Alida Spadafora, directora ejecutiva de la Asociación Nacional de la Conservación de la Naturaleza (ANCON), es cuestionable esta situación, ya que evidencia que la Anam no tiene recursos para analizar y evaluar el EIA, y menos para monitorear y hacer cumplir las obligaciones y el programa de mitigación.
La Anam no puede delegar la facultad de evaluar el estudio. La institución puede buscar la ayuda de especialistas, pero no delegar su función a una empresa privada, dijo Spadafora.
Afectación boscosa
El estudio señala que alrededor de 5 mil 900 hectáreas de tierra serán intervenidas para poder desarrollar el proyecto.
La intensidad del desbroce para la construcción se estima inicialmente en cinco hectáreas por día y serán desbrozadas 2 mil 200 hectáreas durante la construcción.
Según Tania Arosemena, directora ejecutiva interina del Centro de Incidencia Ambiental (Ciam), este proyecto afectará el Parque Nacional General de División Omar Torrijos Herrera, la reserva forestal La Yeguada y el monumento natural Los Pozos de Calobre.
Agrega que el proyecto está ubicado en el Corredor Biológico Mesoamericano del Atlántico panameño.
Especies endémicas
Para conocer los detalles de la fauna del área se realizaron seis campañas de estudios, se invirtieron alrededor de 500 horas estudiando a los anfibios, reptiles, aves y mariposas, y se documentaron 2 mil 688 días de fotografías para los estudios de los mamíferos.
El estudio plantea que dentro de la región del proyecto habitan 57 especies de anfibios, 53 especies de reptiles, 308 especies de aves, 186 especies de mariposas y 19 especies de mamíferos.
De estas especies que aparecen identificadas en los listados de la Anam, 13 anfibios, 22 reptiles, 112 aves y 20 mamíferos son endémicos, según explicó Arosemena.
Además, de las especies observadas, 7 anfibios, 9 reptiles, 56 aves y 11 mamíferos aparecen en las listas de protección nacional.
A Spadafora le llama la atención que todos los impactos identificados en el estudio fueron considerados entre bajo o moderado, cuando este tipo de explotación es considerada como una de las más contaminantes del planeta.
Los eventos extremos en el clima tampoco fueron considerados en el EIA, a pesar de que la zona es vulnerable a desastres, debido a su alta pluviosidad. Tampoco se tomó en cuenta el cambio climático.
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