Economía y Negocios | |
PANAMÁ CON bajo NIVEL DE EMPRENDIMIENTO
Un sueño que pocos realizan
El 68% de los panameños desea formar una empresa, pero solo 14% dice que se atrevería a tomar ese camino en próximos tres años. Los jóvenes de hasta 25 años son los que menos se arriesgan a montarse en la ola.
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mzea@prensa.com
A sus 28 años, Gabriel Rivas trabaja en un invento tecnológico que podría ser la solución para evitar el desperdicio de energía eléctrica.
Su profesión como ingeniero electrónico le ha servido para preparar un aparato que a través de un software detecte los sitios de mayor consumo eléctrico en una empresa. Espera que de esta forma las compañías puedan maximizar sus recursos y cerrar las válvulas de desperdicio.
Edison Romaña, de 21 años, tiene su microempresa de helados desde el año pasado. Inició con un capital de solo $10 en su hogar y desea generar ganancias para que su operación sea más productiva.
Ambos jóvenes pertenecen a estratos sociales diferentes pero tienen un sueño en común: anhelan que sus emprendimientos prosperen. Cientos de panameños al igual que Rivas y Romaña tienen una actitud favorable respecto a la creación de empresas, sin embargo, pocos proyectos se materializan.
Los jóvenes de hasta 25 años son los que menos participación tienen en la generación de riqueza a través de emprendimientos.
De 34 mil 431 micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes) en funcionamiento y registradas hasta octubre en la Autoridad de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (Ampyme) solo 3 mil 155 pertenecen a jóvenes hasta los 25 años.
Además, de las 39 mil 616 ideas de negocio inscritas, solo 6 mil 179 pertenecen a los más jóvenes.
Estas cifras reflejan el pobre nivel de emprendimiento en la juventud, una realidad no solo de Panamá, sino de la mayoría de los países de Latinoamérica.
“Una de las causas del déficit de vocación empresarial es que los estudiantes son educados para ser trabajadores y no emprendedores”. “La sociedad le otorga una connotación negativa al riesgo”, indica el informe Trabajo Decente y Juventud en América Latina 2010, de la Organización Internacional del Trabajo.
En consecuencia, cuando los jóvenes culminan sus estudios la mayoría busca pertenecer al grupo de asalariados. En esta etapa hacen contactos y adquieren experiencia, características positivas en el rol de emprendedores, pero lo dramático es que muchos nunca se vislumbran como generadores de empleo y riqueza.
De acuerdo con especialistas en el tema, es así como muchos terminan toda su vida productiva en las mismas condiciones que cuando empezaron la pesada carrera laboral.
Al economista Felipe Chapman le preocupa ver el tipo de emprendimiento que recoge la encuesta “Global Entrepreneurship Monitor 2009 (GEM)” “con poco o nulo valor agregado para la comunidad”: apertura de quioscos, fondas o el ofrecimiento de servicios como conductores de taxis, mientras que la investigación y el desarrollo de productos están rezagados.
Realidad Compartida
El análisis GEM, estudio realizado por la Fundación Ciudad del Saber, con unas dos mil personas en el país, reflejó que solo el 9.6% de los panameños está emprendiendo su negocio.
El indicador panameño es inferior al de Colombia con 22.4%, Perú (20.9%) y Guatemala (26.8%), aunque superior al de Estados Unidos (8%) e Italia (3.7%).
El 68% de los encuestados estima que emprender un negocio es algo deseable, 63% siente que tiene los conocimientos para lograrlo, pero solo 14% piensa realizarlo en los próximos tres años, y únicamente 4% tiene negocios con más de 42 meses en funcionamiento.
“Una buena noticia para Panamá es que la mayor parte de los emprendedores encara estas iniciativas por la detección de oportunidades y no tanto por la ausencia de otras opciones para generar su ingreso”, señala Hugo Kantis, consultor del Banco Interamericano de Desarrollo y Coordinador del Programa de Desarrollo Emprendedor de la Universidad Nacional de Sarmiento en Argentina.
Esto contrasta con la realidad de los países de la región donde predominan los emprendedores por necesidad. El desafío importante de Panamá es elevar su tasa de actividad emprendedora, precisó Kantis, para lo que se requiere una estrategia integral que incluya acciones en la educación, innovación y financiamiento.
En el país se han abierto varios frentes para incentivar a los jóvenes en la creación de nuevos negocios.
Gabriel Rivas está desarrollando su software con el apoyo del Acelerador de Empresas de la Ciudad del Saber y un financiamiento que se ganó a través de la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación.
El Acelerador de Empresas orienta gratuitamente a los interesados en emprender un negocio hasta lograr su desarrollo financieramente.
La Ampyme, por otro lado, cuenta con programas que buscan despertar el espíritu emprendendor entre los estudiantes de duodécimo grado de las escuelas públicas. Edison Romaña recibirá de esta institución el capital semilla para poner en marcha su negocio.
Lo capacitaron para que brindara un buen servicio a sus clientes y aplicara matemática básica en sus negocios. De esta forma se percató de que uno de sus productos no era rentable.
Para los expertos en este tema, los esfuerzos son insuficientes. “Se les debe inculcar desde la primaria y de forma regular para que crezcan con esa mentalidad”, dijo Larú Linares, gerente de proyectos del Acelerador de Empresas. “Los jóvenes panameños ven el emprendimiento como algo muy lejano”. Romaña y Rivas tienen ahora el reto de no rendirse y ser “muy perseverantes y automotivarse”, cualidades fundamentales de un emprendedor exitoso, dijo Linares